Debacle, crisis, incertidumbre y muchos otros adjetivos aplican para la crisis que vive el turismo a nivel mundial, nacional y local. La Federación de Empresas de Turismo de Chile (FEDETUR) grafica esta caída indicando que durante el primer trimestre del 2020 el gasto con tarjeta de crédito extranjera disminuyó un 51.5% respecto del 2019 lo que significó un retroceso de 6 años en el consumo de turistas internacionales en la zona del Bio Bío.
Desde la perspectiva de Ricardo Margulis, presidente de FEDETUR, la reapertura de las fronteras es esencial para el repunte del sector junto con la necesidad de aumentar la movilidad entre las regiones, todo para recuperar una industria que durante el último año ha perdido aproximadamente 300 mil empleos según declaraciones del mismo líder gremial.
Andrea Wolleter, directora nacional de Sernatur califica el momento de la industria turística como “la crisis más profunda de su historia, donde la imposibilidad de trasladarse ha llevado la demanda de servicios turísticos prácticamente a cero”.
La autoridad gubernamental identifica como focos de atención la sobrevivencia de las empresas y la preparación para la reapertura en la medida de que la contingencia sanitaria así lo permita. En este contexto, Wolleter manifiesta que se está trabajando con el Ministerio de Economía Fomento y Turismo para robustecer el Plan Nacional de Turismo. Es así como surgió por ejemplo el Certificado de Compromiso, donde más de 3.000 empresas han declarado cumplir con estrictos protocolos sanitarios para brindar más seguridad a sus potenciales clientes.
El escenario penquista no es diferente a lo descrito en los párrafos anteriores, para el sector gastronómico por ejemplo, el reparto a domicilio no siempre es una alternativa de solución. Paulina Gómez, Encargada de Comunicaciones de Quijote Restaurant cuenta a Docsmedia que en esta modalidad solo lograban vender el 2% de su flujo normal, sin contar con que las empresas de delivery solo dan la opción de repartir a cinco cuadras a la redonda, reduciendo las posibilidades.
Sin embargo, la cercanía del verano aumenta la temperatura y las esperanzas del golpeado rubro turístico. Quijote Restaurant por ejemplo, que además de estar literalmente en el centro de la ciudad (frente a Plaza de la Independencia), cuenta con un prestigio que ha trascendido estos siete meses de inactividad y en palabras de su encargada de comunicaciones, las expectativas son optimistas, el equipo de este espacio culinario se plantea una reapertura llena de promociones y actividades para el goce de los transeúntes que han padecido la pandemia y que podrán acceder a comida que alegrará sus espíritus y bolsillos.
Por Sandra Anabalón Suil
22.01.2021